Para no tener falsas expectativas al someterse a una rinoplastia deseada, el candidato o paciente debe informarse y considerar varios temas antes de la intervención. Deberá preguntarse si es el momento adecuado para realizarse un procedimiento quirúrgico permanente y de tal importancia, dependiendo de su estado emocional los resultados pueden no ser los deseados. Los profesionales no recomiendan realizar cirugías estéticas si hay cambios en su vida personal o laboral.
Las expectativas durante y después de la intervención deben ser realistas y ser discutidas con el cirujano plástico, éste deberá conversar con el paciente detalladamente acerca de lo que tendrá o no que esperar. El paciente debe estar claro que cada caso es personalizado, la nariz perfecta no se puede elegir de un catálogo y lo que bien luce en un individuo, puede no ser favorecedor en otro. Estas conversaciones son fundamentales para no crear falsas expectativas con los resultados.
En general el resultado positivo de una rinoplastia sería hacer lucir más atractiva a una persona, lo que se traducirá en una ganancia de autoestima. La cirugía mejorará su apariencia y devolverá su confianza, lamentablemente esto no significa que los problemas en todos los ámbitos se resolverán.
Es de suma importancia confiar su rostro en profesionales con experiencia y competencias en el área, éste debe ser un cirujano plástico certificado y registrado en el organismo público nacional que aplique en su país.
La edad recomendada para realizarse una rinoplastia es cuando haya finalizado el desarrollo corporal. Para los hombres esta edad suele rondar los 18 años, en cambio para las mujeres es alrededor de los 16 años.
El paciente debe informarse de los pasos a ejecutar antes y después de la intervención (preoperatoria y postoperatoria), será una responsabilidad conjunta entre personal médico y candidato en realizar los análisis de laboratorio previos y exámenes físicos según el protocolo que aplique. Por ser una intervención electiva estos deben realizarse con antelación.
Los profesionales de la cirugía plástica estarán encargados de entrevistar al paciente a fin de construir la historia médica, debe elaborarse minuciosamente y no despreciar cualquier información referente a alguna enfermedad preexistente. Es responsabilidad del paciente la sinceridad en la información solicitada, sobre todo si se ha realizado cirugías previas, debe indicar si consume algún medicamento ya que alguno puede interferir con la coagulación sanguínea o hacer interacción con algún medicamento suministrado durante o después de la operación.
Si el paciente es ávido fumador deberá dejarlo un tiempo antes y después de la intervención, usualmente este tiempo se recomienda mínimo un mes. La nicotina tiene acción vasoconstrictora que estrecha los vasos lo cual entorpece la circulación de los tejidos dificultando la recuperación y cicatrización.
Las primeras horas luego de la cirugía se puede sentir el rostro inflamado, dolor de cabeza y molestias en el área de la nariz, estos síntomas pueden ser contrarrestados con analgésicos simples. También se recomienda el uso de antibióticos de manera preventiva, para proteger al paciente en caso de procesos infecciosos.
Los cuidados postoperatorios variarán de acuerdo al tipo y alcance de intervención, normalmente se resumen en los siguientes:
· Se deben practicar curas periódicas de las heridas que resulten en la operación, primero se realizarán en el consultorio o clínica por parte del personal médico para indicar al paciente como continuarlas en el domicilio
· Aplicación de frio local para aminorar la inflamación y reducir los hematomas.
· Se debe evitar la exposición solar directa para evitar posibles manchas en la piel durante dos meses.
· Cumplir reposo absoluto o parcial, según indique el cirujano. Se deben restringir las actividades que precisen movimientos bruscos tales como levantar peso, conducir vehículos, deportes. Comúnmente el reposo dura de siete a diez días pero dependiendo de la recomendación médica las actividades deportivas pueden reactivarse luego de la cuarta semana postoperatoria.
· En algunos casos se recomiendan los alimentos de fácil masticación.
· Dormir con la cabeza hacia arriba y elevada durante una semana.
· En ningún caso el paciente debe retirar adhesivo, férula o gasas de taponamiento nasal, debe esperar que lo realice el personal médico.
· Se aconseja cumplir con el control postoperatorio que indique el cirujano para monitorear los avances de la cirugía en los meses subsiguientes
· Debe evitar realizar actividades que comprometan el desarrollo favorable del resultado final de la rinoplastia
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